La represión política del régimen cubano contra los activistas y defensores de derechos humanos se extiende a sus hogares, sus familias y sus espacios íntimos, según el más reciente análisis del centro de asesoría legal Cubalex.
"A través de acciones como expulsiones forzadas, vigilancia constante, amenazas a la custodia de hijos menores o restricciones a las visitas familiares, el aparato represivo del Estado apunta a debilitar emocionalmente a quienes disienten, extendiendo el sufrimiento a sus seres queridos", señala la organización.
"El hogar deja de ser un refugio. La familia, en lugar de estar amparada por el Estado, se convierte en blanco de su represión", añaden.
Cubalex documentó los casos recientes contra los líderes opositores José Daniel Ferrer y Félix Navarro, en los que se evidencian "patrones alarmantes de hostigamiento familiar, invasión a la privacidad y violencia institucional encubierta, dirigidos a quebrar la voluntad de los activistas mediante el dolor infligido a su entorno más cercano".
Tanto a Ferrer como a Navarro les fue revocada la libertad condicional que el régimen les otorgó en enero pasado tras conversaciones con el Vaticano. Organizaciones internacionales como Amnistía Internacional y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos han expresado también su preocupación por el hostigamiento contra los activistas en la isla.
Para Cubalex, el propósito de las autoridades con las detenciones violentas en las viviendas de los opositores es asfixiarlos "en todos los frentes posibles".
"El régimen cubano busca extender el castigo mediante la invasión del hogar, la separación forzada de las familias, la exposición de menores a situaciones traumáticas y la presión sostenida sobre adultos mayores", dijeron.
El centro de asesoría legal califica este tipo de abusos "como violaciones graves de derechos humanos".
"Alertamos sobre el uso de estrategias que instrumentalizan el derecho de familia, la infancia y la salud con fines de control político y represión. La comunidad internacional no puede seguir ignorando este patrón creciente de violencia estatal ejercida contra los núcleos familiares de la disidencia en Cuba", concluye el documento.
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